El Jimbee Cartagena no pudo coronarse con el título de Copa del Rey tras no tener suerte en la tanda de penaltis. El Real Betis, que jugaba la fase final del torneo en casa, se ha coronado a final de temporada tras una decepcionante liga regular en la que consumó la pasada semana su descenso a Segunda División.
Salió avisando de sus intenciones el equipo anfitrión al inicio del partido con un disparo desviado de Piqueras que no encontraría rematador en el uno de juego. Posteriormente, tras varias ocasiones del conjunto de Cartagena, a punto estuvo Bebe de hacer el primero con su zurda, pero su tiro se marcharía desviado. Minutos más tarde, llegaría el gol del Jimbee, con un centro al segundo palo que Pablo mandaría a la madera pero, que tras unos rebotes, se colaría al fondo de la red (0-1).
En el ecuador de la primera mitad, Motta se marchaba en banda y subía el segundo al marcador con un potente zurdazo (0-2). Reaccionaba el conjunto bético a través de Rafa López, pero tapó bien Lucão para frustrar la ocasión de gol. Se animó también Chemi en probar puntería, pero la defensa bética repelía el esférico.
Tras esto, lograban los de Ramón Martínez ganar metros, pero los cartageneros se mostraban firmes en defensa. En el 14, los béticos pedían VIR por posible penalti de Pablo Ramírez sobre Carrasco. Los colegiados, tras la revisión, pitaron la pena máxima. Piqueras no desaprovechó la ocasión e inauguró el casillero local (1-2) a cinco del descanso. Pudo subir el tercero Lucão finalizando una jugada de pizarra, pero la primera mitad concluiría con una ventaja mínima de los de Duda.
La segunda parte se reanudaría con una buena acción también del brasileño. El doce del Jimbee enviaría el balón alto, pero también tuvo un uno contra uno con Molina, pero cruzó demasiado su chut. En el 24, Piqueras ponía el empate al marcador tras transformar una falta peligrosa al borde del área (2-2). Parecía hacerse fuerte el conjunto andaluz, que conseguía dar la vuelta al marcador cuatro minutos después con un taconazo de Carrasco (3-2).
En el minuto treinta y ocho Darío volvía a poner en tablas el encuentro (3-3) dando así fruto la estrategia de cinco. A un minuto del final, pudo Lucão deshacer el empate, pero estuvo muy acertado Molina para forzar la prórroga.
Tras un 'toma y daca' durante los dos periodos del tiempo suplementario, la Copa del Rey iba a morir en los penaltis. Finalmente, la lotería cayó del lado verdiblanco, que no falló ninguno de sus lanzamientos desde el punto fatídico.
