Al margen de los testigos luminosos del propio vehículo, de pasar las revisiones reglamentarias y de cualquier imprevisto que pueda surgir, como una bombilla, una rotura, etc.. También debemos vigilar los posibles ruidos que surjan por desgaste, para ello es aconsejable abrir las ventanas de vez en cuando y escuchar el vehículo, y ver si ha cambiado el ruido de motor, si se aprecia algún silbido o ruido fuera de lugar, etc. En caso afirmativo debemos llevarlo al taller para que los mecánicos puedan comprobar qué lo provoca.
Un indicador muy importante para saber el estado de nuestro vehículo es el color del humo que sale por el tubo de escape, este nos avisa de que algo no va bien en el motor y si no prestamos atención, la rotura se puede agravar. Las consecuencias de no dar importancia a los humos que salen por el tubo de escape son una rotura complicada y por tanto cara y que el coche se pare en el peor momento posible.
Lo habitual es que si el vehículo está en buen estado el humo sea incoloro, aunque en ciertas ocasiones sí que puede verse hasta tres colores diferentes; blanco, azul y negro. Los técnicos identifican las posibles averías que puede tener un coche según el color, la densidad y el tiempo de permanencia del humo.
HUMO BLANCO
Si el humo es de color blanco es inodoro, ligero y dura muy poco y únicamente lo vemos nada más arrancar el vehículo, en situaciones climatológicas determinadas como en invierno o en otoño; con un alto porcentaje de humedad en el ambiente. Podemos decir que no hay ningún tipo de avería, pues simplemente es vapor de agua que se produce por efecto de la condensación. Sin embargo, cuando el humo blanco es denso y continúa saliendo por el escape durante todo el tiempo en que el vehículo está circulando… Ahí sí que podríamos decir que puede ser un claro síntoma de avería.
HUMO AZUL
Cuando el humo que sale por el escape de un coche es de color azul; se debe principalmente a que se está quemando aceite, lo que a su vez, está originado por una fuga interna en el sistema de lubricación del vehículo. En este caso, la avería puede ser muy grave y su reparación muy costosa, ya que el vehículo puede quedarse sin aceite, un hecho no deseable, ya que implicaría una rotura completa del motor.
HUMO NEGRO
Cuando el humo que sale del tubo de escape es negro o gris oscuro, las posibles averías pueden variar según el tipo de combustible del vehículo. Si nuestro coche es de gasolina, el origen de este humo, puede deberse a que el vehículo está quemando demasiado combustible. Por otra parte, si nuestro vehículo es diésel, ese humo negro que sale por eso escape; puede deberse simplemente a una acumulación de hollín en el sistema de escape. Para remediarlo y ver si puede deberse a algo más… Lo más recomendable es conducir durante varios minutos con una marcha más baja de la habitual de 6ª bajaremos a 5ª, por ejemplo, lo que implicará un régimen de revoluciones también más alto de lo normal. Con esta acción el humo debería dejar de salir negro.
Sin embargo, si el humo negro persiste (después de realizar la acción anterior) en nuestro coche diésel. Puede deberse a diversos factores, con posibles problemas en los inyectores, en la electrónica, en el turbo e incluso en el filtro de partículas.
No podemos decir que el coche no nos avisa cuando tiene algún problema, solo tenemos que estar atentos a los síntomas que muestra, y en el caso del humo, lo veremos por el retrovisor, al abrir el maletero, porque estará manchado y pringoso; o estará más sucio que el resto del vehículo; si lo que suelta es aceite. En este caso debemos estar alertas y pedirle a algún amigo, que desde fuera nos confirme si sale más humo del habitual y de q color es. Nuestro bolsillo nos lo agradecerá y evitaremos situaciones de riesgo si nos falla en carretera.
