Las salinas de Marchamalo, situadas en el entorno del Mar Menor, han logrado producir alrededor de 1.000 toneladas de sal, que no se puede comercializar, tras ser parcialmente restauradas. Este proceso comenzó en 2019 cuando la Fundación Anse adquirió la concesión de la parte oriental del complejo. Desde entonces, se han rehabilitado infraestructuras como naves y charcas cristalizadoras, permitiendo la cosecha de sal en 2024. A pesar de los avances, aún se requieren más trabajos antes de que la sal pueda comercializarse. El proyecto de recuperación de las salinas forma parte del "Proyecto Resalar", cuyo objetivo es regenerar el litoral del Mar Menor y mejorar su biodiversidad, en colaboración con varias organizaciones y con financiación de la Unión Europea.
